De Luis Quirós se diría que “fue un personaje de figura compleja y un intelectual de la época”. Nacido en Tomelloso el 4 de abril de 1893, en la calle Nueva, se licenció en Derecho en 1915 —profesión que nunca llegó a ejercer, dedicándose a la elaboración de vinos de sus propios viñedos para ganarse la vida—.
Pintor y escritor de reconocida solvencia, fue amigo personal de Blasco Ibáñez, a quien visitó en Mentón (Francia), prometiéndole éste realizar el prólogo de su libro Riveras Latinas, que nunca llegó a publicar, ni a obtener el prólogo de su gran amigo, que falleció antes de escribirlo. Quirós asistió a su entierro en Francia y al traslado de su cuerpo hasta su ciudad natal: Valencia.
Pintor autodidacta, reunió una importante obra, de la que tan sólo nos han quedado retratos como el de Carrañaca, Las Terreras, El Suspiro y Las Azafraneras, entre otros. También fue colaborador de ‘El Ciudadano’ y ‘El Pueblo’ -diario republicano valenciano, fundado por Blasco Ibáñez-, así como en ‘América Latina’, ‘Prensa Gráfica’, ‘Júpiter’, ‘La Verdad’, ‘El Progreso’ y ‘El Liberal’ , entre otros.
Fundador en Tomelloso de Izquierda Republicana, Luis Quirós mantuvo una estrecha relación con Manuel Azaña, Niceto Alcalá Zamora, Alejandro Lerrous y Melquiades Álvarez, así como con pintores de la talla de Sorolla y Julio Romero de Torres, valenciano y cordobés respectivamente .
Gran viajero y amigo del padre de García Pavón, fue éste quien le alertó de que dejara Tomelloso una vez finalizada la guerra. Sin embargo Luis Quirós Arias, que luchó contra la pena de muerte y por la justicia, fue detenido a principios de abril de 1939 y fusilado el día 7 de mayo de 1940.
Como en el caso de su coetáneo, Francisco Martínez Ramírez ‘El Obrero’, Luis Quirós murió sin poder sacar a la luz toda su obra y, a pesar de su gran amor a este pueblo, fue otro gran olvidado y sepultado en los cajones entre el polvo y los papeles del archivo.
[quote] Copia del acta de la sesión celebrada bajo mi presidencia en el Circulo Liberal, el 25 de abril de 1925, y que obra en el segundo libro de actas de dicha sociedad, después de presentar yo la dimisión de mi junta directiva.
En Tomelloso y Abril
día y año veinticinco,
en las horas de la tarde
cuando eran las tres por filo
previa la convocatoria,
y en el gran salón del Círculo
—pintado a base de cal,
que el blanco es severo estilo
y desinfecta el ambiente
y es de la pureza símbolo—;
la General reunida,
presta silencio y oído.
El Presidente Quirós
(que ya no lo es del casino),
agita la campanilla,
se levanta de su sitio,
y a la general expone
de aquel acto los motivos:
”Señores: hoy junta nueva
hay que formar, es preciso;
quien tenga candidaturas
que las presente ahora mismo;
y dos socios se levantan,
heraldos del mismo oficio
que en la mesa depositan
y a la asamblea es leído.
“¿Hay alguien —Quirós pregunta—
que de otra lista?” El mutismo
es respuesta a la demanda;
e ipso facto son leídos
los nombre de los que forman
la Directiva del Círculo.
Y pues que la General
los ve, en general, bien vistos,
no ha lugar a votación
y se aclaman en sigilo.
Y como no hay más asuntos
y este asunto está concluido,
a las tres y tres minutos
cesa la sesión sin ruido.
Y queda pues aclamada
para regir los destinos
de este Círculo, la Junta
que aquí sigue y certifico.[/quote]
LUIS QUIRÓS ARIAS.