Manual de supervivencia a las fiestas de los pueblos, por Agustín Durán

Serás un señorito de ciudad, pero a las fiestas de tu pueblo siempre, volverás

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Hay algunos que no saben lo que es una fiesta, hasta que van a un pueblo en fiestas, y están «más perdidos que Frozen en Murcia» como dice Durán. Y es que hay algunos que en su pueblo natal sufren una metamorfosis, no sabemos si será por el rencuentro con sus convecinos o porque el pueblo siempre es el pueblo. Agustín Durán nos da algunos tips para poder sobrevivir a ese apocalipsis zombie que tanto amamos llamado las fiestas de nuestros pueblos.

Una de las preguntas más comunes, especialmente si vamos a pueblos vecinos es «vale y ahora, ¿qué hago con el coche?» porque no amigo, si buscas aparcamiento, ya puedes buscarlo en el diccionario porque lo que es sitio para estacionar, es algo que destaca por su ausencia y por lo que se han roto lazos de amistad que se unían desde hace generaciones. Agustín nos da consejos de sitios donde, por ninguna razón o circunstancia, NO deberíamos aparcar el coche. Uno de ellos es la puertas falsas de corral, «no vaya a ser que al dueño le de por poner la pala» dice Durán. Ni en puertas principales, que los mayores tienen derecho a su «tomar el fresco», eso es sagrado.

¿Y dormir? ¡Eso es de cobardes o de gente sin pueblo! En las fiestas no se duerme, y lo poco que se duerme, se duerme a cal y canto, ni un rayo de luz puede entrar en tu casa (¡oh, persiana! ¿qué sería de nosotros sin ti?), ni un sonido, porque los pasacalles de la banda, el vendedor de melones local o un tapicero, no tienen nada mejor que hacer que ofrecer sus servicios a la misma hora que tú decides irte a dormir. «Te entran ganas de tapizarle a él» dicen Durán. Doy fe.

¿Y los amores de verano? ¡Qué bonitos son en las películas! Sí, he dicho en las películas. Porque como bien dice Agustín «el catálogo en los pueblos es reducido pues por lo general el género está cogido». Así que a la hora de tirar ficha, claridad señores y mente fría: si a los 5 minutos nadie te ha querido matar, hay vía libre.

¿Te gusta Metallica? ¿Pa’mala tú? ¡Pues no! En el pueblo hay verbena, «y en la verbena se baila to’ » como diría Durán. No hay canción mala. ¿Que te gustan los Rolling? Pues vas a bailar «Paquito el chocolatero». ¿Daddy Yankee? «El chacachá del tren». Y te lo aseguró, los vas a bailar.

Pero ojo, y cabeza señores, que un mal mote puede perseguirte toda tu vida y a la de toda tu descendencia. Y con la frase cervantina de Durán se resume todo lo que puede pasarte en las fiestas de un pueblo, si no las disfrutas bien o no las dejas disfrutar: «No aparezcas por aquí, si vienes a dar po’el culo, no vaya a ser que te vayas, con los dientes en un cubo»

 




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