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Tomelloso
sábado, 20 abril

Los primeros 23

Salían de Tomelloso a las 8.20 de la mañana rumbo a Astorga, con una parada a comer a las 2 de la tarde y otra para ver el partido España-Rusia. 20 horas después llegaron a Sarria y decidieron ver el pueblo. Tras una cena y el merecido descanso tras el viaje, los integrantes de AFAS (Asociación de Familiares y Amigos de Personas con Discapacidad) emprendieron el primer día de ruta, de una nueva aventura.

Los fríos 12 grados y las lluvias durante 3 horas, no impidieron dejar a nuestros protagonistas estupefactos por los paisajes que se alzaban ante sus ojos. Prados, otros peregrinos e incluso vacas, se convertían en compañeros de esta andadura, al grito de “Buen camino”, que hacía que Alcázar de San Juan, Herencia, Bilbao, Londres, Italia y Estados Unidos no estuvieran tan lejos si tenías a alguien con quien compartir esos kilómetros. Hasta el punto de que alguien diga que en Londres, hay un restaurante con dueño tomellosero.

Que para ellos, el camino no son los pasos que das, sino las experiencias que sumas, las anécdotas que te llevas y la gente que te marca, y eso se nota conforme avanza la marcha.

La paleta de colores cambia, de la misma forma brusca que cambia la temperatura durante la expedición, llenado de un atractivo nuevo cada paisaje que ves, cada paisaje que cambia al ritmo de los pasos. Nadie quiere quedarse atrás, y es que cada paso alienta más el siguiente.

Tras una larga ruta, nuestra intrépida expedición llega a su albergue de descanso, dejando atrás un puente de 20 metros de altura que tenía a sus pies el Miño. Una imagen vale más que mil palabras, pero poder ver en vivo esa imagen tiene que ser incalculablemente valioso.

Cada uno en el Albergue tiene su función, y como las piezas de un engranaje se complementan unos a otros, todos colaboran, todos ayudan. Las cocineras, miman a los integrantes de AFAS con una ensalada y unos macarrones para poder reponer fuerzas tras la larga travesía que ha dejado cansancio, dolores musculares y a Emilio y Antonio, ampollas en los pies. Pero el dolor es secundario, cuando el camino es la meta.

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