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El acto comenzó con un emotivo recuerdo para Pedro Marta, compañero de tablas, recientemente fallecido. Pedro García Ocaña, conductor del acto dio las gracias al público por llenar el teatro y contribuir con la entrada a seguir haciendo de Pinilla un lugar mejor, ya que el importe de las entradas contribuirá a seguir realizando mejoras en la ermita y su entorno.

El conductor del acto comenzó a relatar todas las actividades llevadas a cabo por la Hermandad, donde sin duda alguna el ‘Encuentro de María de las Viñas con sus parroquias’, que llevo a nuestra Patrona a recorrer calles por donde no había paseado nunca.

Pedro continuaba diciendo que la Hermandad necesita de la ayuda de todos para mantener Pinilla, “un gran vergel y parque del que disfrutamos todos los tomelloseros”, con trabajos realizados por empresas de la ciudad: arreglo y limpieza de tejados, cierre del parque infantil, mantenimiento de aseos y servicios, mantenimiento de los jardines y poda intensiva y reposición de árboles donde la hermandad ha colaborado activamente, así como la ampliación de la zona de paso al ferial a la plaza de Pinilla, donde se producían aglomeraciones en el día de la romería.

Agradeció la ayuda del Ayuntamiento, que en días previos a la romería “nos presta” a los trabajadores de todos los departamentos, en especial de obras, y parques y jardines.  Aquí volvió de nuevo la emoción para recordar a “nuestro hermano Román”.

Para rematar la introducción, Pedro, presento la función que a continuación pondría en escena Airén Teatro ‘El enfermo imaginario’, agrupando a todos los componentes  de la compañía en el nombre de Julián Espinosa, su director.

La Hermandad Virgen de las Viñas llena el Teatro Municipal con la representación de Airén Teatro

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Y que comience la función

El peso de la obra recae sobre Argán, soberbiamente interpretado por José María Madrigal, un burgués (constante en Moliere) que se cree muy enfermo y, además, cultiva con pasión sus males quiere casar a su hija mayor Angélica, a quien dio vida Pilar López, con un médico, Tomás Diafoirus (Miguel Ángel Lozano), hijo del doctor Diafoirus (Julian Espinosa).  Pero Angélica ama a Cleonte, interpretado por Raúl Martínez. Además, la segunda esposa del protagonista, Belisa, de quien hace Marga Albiñana, finge amor y compasión por su marido, pero lo que quiere es ser la única heredera y para ello urde un plan con el notario Bonafé, Alejandro Ramírez. Luisa, la hija pequeña del hipocondriaco protagonista, está interpretada por Miriam.

Pero la criada, Antonia, otro de los pilares de la representación y una gran interpretación de Pilar García, confeccionará distintos planes para defender a su señor y a Angélica de los médicos y de la arpía Belisa. También aparece en defensa de Argán su hermano Beraldo, José Márquez, que despide a la farmacéutica Fleurant  (Maribel Moreno) cuando le iba a poner una lavativa ordenada por el doctor Purgón (Juan Aguado).  Con fingimientos, confusiones y enredos llegamos a un final feliz donde prevalece —como no podría ser de otra forma— el amor y Beraldo, aconseja  a su hermano hacerse médico.

Una sencilla pero efectiva puesta en escena, la alcoba de Argán. También destacó un soberbio vestuario de época, vistoso y alegre. Airén aprovecho para hacer varios guiños al autor de la comedia. Así, el hermano de Argán, va vestido de amarillo, en distintos tonos, pero uniformado del color dorado que a partir del estreno de la obra ningún actor osa calzar. También Poquelín aparece en los diálogos (“el valiente majadero de Moliere”) por su desprecio a los galenos. Y es que Moliere, al igual que nuestro Quevedo, profesaba una especial inquina por los discípulos de Hipócrates, “¡vaya una gracia, pretender que el médico cure!”.

La Hermandad Virgen de las Viñas llena el Teatro Municipal con la representación de Airén Teatro




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