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jueves, 18 abril

Belinda López: “Tengo clarísimo que querer es poder”

Belinda López es una deportista, ciega, nacida en Tomelloso en 1979, que se acaba de proclamar subcampeona del mundo de Paraduatlón. Fue el pasado fin de semana en Pontevedra y consiguió este logro junto a su compañera vidente Anahi.

Entrevistamos a Belinda la semana pasada, justo cuando estaba haciendo las maletas para irse al mundial. Hacía pocos días que se había proclamado Campeona de España de Aquatlón en Altafulla, siendo además, la primeva vez que nadaba en el mar. Nos recibió amablemente en su casa, en el barrio de San Antonio. Fay, su perro guía, nos escrutó de arriba abajo.

Bogas Bus

Hablamos largo y tendido, más de una hora, bromeando y riendo cada dos por tres, emocionados en otros momentos, pero siempre admirados por los logros de esta heroína que no se ha resignado en ser “una pobre ciega”. Belinda, siempre modesta, nos contagió sus ganas de vivir y su afán de superación. Una charla que nos reconcilió con el género humano.

Ciega con 29 años

Belinda perdió la visión con 29 años, fue una larga enfermedad, con un tratamiento agresivo, que incluía inmunodepresores…  y un día «me metí en la ducha, cerré los ojos y cuando los abrí no veía». Fay ladra, nos lame; el teléfono habla, Belinda sonríe.  Un golpe muy duro «pero tengo la suerte de tener muy buenos amigos. Desde el primer momento en que me quedé ciega me ayudaron un montón. Intentaron poner las cosas muy normalizadas». Al poco entró en ONCE «conocí a María José, la animadora sociocultural, me invitó un fin de semana a irme con ella y empecé con el tándem y a hacer senderismo…  Y ahí comenzó mi calvario, me enganché al deporte y el deporte me enganchó  y ya no puedo dejarlo».

Empezó a hacer senderismo y a montar en bici, en tándem como nos cuenta, en ONCE «cuando empecé con la bicicleta me dolía el culo mucho. No había hecho deporte nunca y pregunté que si iba a ser duro, me dijeron que no, que era cosa de poco». Belinda se aficionó al ciclismo, iba y venía a Toledo a entrenar y a competir, como no hay combinación directa debía de ir pasando por Madrid. Compró un tándem y en el año 2012 participó en la “Titán de la Mancha”, nos cuenta y le pedimos que nos lo explique mejor.

«Fueron 230 kilómetros en un día, en bicicleta de montaña… 17 horas subidos a la bici. Es para deportistas “normales”, la única discapacitada era yo. Y solo participamos dos chicas entre 78 chicos. El guía era de Tomelloso».

En el podio de Pontevedra
En el podio de Pontevedra

Deporte de élite

El pasado fin de semana, el siguiente a la entrevista, Belinda participaba en Pontevendra en el Campeonato del Mundo de Paraduatlón, con su compañera y guía Anahi. «Este año he participado en competiciones paralímpicas con Anahi, en el Campeonato de España de tándem, en Ciudad Real, que nos quedamos terceras. En el Campeonato de España de Aquatlón, donde nos quedamos primeras. Y ahora que vamos al Campeonato del Mundo de Paraduatlón».

Dado nuestro absoluto analfabetismo deportivo, Belinda nos explica que Anahi es, lógicamente, quien conduce el tándem mientras ambas pedalean. Cuando corren a pie, Belinda va unida a ella por una cuerda y Anahi va indicando el estado de la pista y los giros o cualquier inconveniente o dificultad. «Tengo la suerte de que ella es muy buena, le ha cogido el punto enseguida. Anahi era deportista de antes… tienes que buscar como compañero un deportista superior porque en un momento dado tiene que tener capacidad de reacción».Bromeamos sobre como quedarían algunos “globeros” tras pasar por un rato de bici con Belinda. Las risas y las bromas son una constante durante toda la entrevista.

Compañerismo

Su compañera tiene mucha empatía y es muy humana «pero no nos ha dado mucho tiempo a entrenar. Nos hemos metido directamente en campeonatos porque nos hemos conocido este invierno. Tenemos la suerte de que el equipo “Where is the limit”, de Cataluña, nos patrocina a nivel internacional. También nos patrocina 226, el Patronato Municipal de Deportes de Tomelloso, Tony Sport y Fisioterapia Totcos».

Para Belinda López el deporte ha supuesto una válvula de escape, nos cuenta que trabajaba en una oficina. Tenía su vida encarrilada y le cambió en un minuto. «Además de agarrarme al deporte, empecé a estudiar braille, me fui a Ciudad Real a aprender. Pero como más leo es en soporte digital, es la forma más rápida». Escribe con el teclado del ordenador, no en vano sabe mecanografía.

Cogiendo la bici
Cogiendo la bici

Barreras

Es muy difícil para una persona vidente comprender los obstáculos, las barreras o incluso las trampas con las que tiene que luchar un invidente «Hay muchas barreras. Yo porque ahora tengo a Fay… acabé harta de poner reclamaciones, las cuevas son un horror. En muchas escuelas internacionales, a las que he mandado vídeos, se está exponiendo el caso de las cuevas de Tomelloso para los perros guía. Se está estudiando el caso en Nueva York, Rochester o Japón. Hasta ahora el único problema era el de las rejillas del metro, para la escuelas d perros guía, pero cuando pedí a Fay se encontraron con el problema de las lumbreras».   

Consiguiendo retos

Belinda lleva seis años ciega, antes de dedicarse a la competición deportiva estuvo preparándose, como decíamos, estudiando braille, haciendo un curso de administrativo adaptado y, además hizo el Camino de Santiago. Dos veces. «Una desde León con la ONCE y otra desde Pamplona con el Club Eurotándem de Alemania. Aquello fue una pasada. Este club cada dos años recorre un país, en el 2010 estuvieron en Italia y el Papa les propuso ayudar a ocho ciegos de España a hacer el Camino de Santiago. Entre esos ocho ciegos tuve la suerte de que me llamaran a mí. Además la única ciega total era yo. Fue espectacular, bien organizado, con las carreteras cortadas y 30 tándems… una experiencia única».

Inma Delgado Fotografía New Born

Belinda López nos narra sus hazañas como si fuesen cualquier cosa, sin darle mayor importancia. Nosotros escuchamos su relato asombrados y en silencio. «También estuve haciendo con la Junta de Castilla-La Mancha “El reto”. Fue en el 2011. Hicimos 1.300 kilómetros en quince días, recorriendo las Rutas del Quijote por toda la región. Seleccionaron a una persona de cada grupo u organización. Había un chico con síndrome de Down, otro con retraso mental, otro con hemiplejia, otro con daño cerebral… y una ciclista ciega que era yo».

Nos cuenta que «los retos me gustan un poquito. Recién operada me regalaron una inscripción para la media maratón de Madrid. Un amigo mío, Tomás Bonero… este Bonero es la leche. Me dijo que la hacía seguro. Corrimos el instructor, Fay y yo. Un reto muy bonito: me planté en Madrid y lo conseguimos». Nos cuenta la jugarreta que le hizo Fay (o su digestión) casi llegando a la meta.

«Lo conseguimos. Tengo clarísimo que querer es poder». Nos señala que después de correr la media maratón, preparándola en tres semanas y oyendo a todo el mundo decir que aquello era imposible, no tiene miedo a nada. «Sé que tengo mis limitaciones… pero no sé dónde están».

Llegando al Campeonato del Mundo
Llegando al Campeonato del Mundo

Hay que seguir viviendo

Hacemos llegar a Belinda nuestra admiración, nos parece una proeza el optar por luchar, por enfrentarse a la vida de esa manera. «Cuando te pasa una cosas de estas es un golpe y también lo es para la familia. Aunque tú puedas tener mucha fortaleza, alrededor siempre hay alguien que te recuerda lo que te ha pasado. Pero no lo hace por mal, al contrario, esa persona te quiere y está sufriendo. Todo tiene su proceso… de sufrimiento y de aceptación y nunca dejas de tener momentos de flaqueza. Hay muchas cosas que echo de menos. Coger mi libro, conforme lo dejé hace seis años y leer. Y ver mi rostro por las mañanas… y el de mi  madre y a mi sobrina, que no la conozco… hay muchas cosas que se echan de menos. Lo que pasa es que tienes que seguir viviendo. Quieras o no quieras la vida está y el día sigue. Puedes escoger: o te acuestas para todo el día y dices “joder que mierda de vida”, o tiras para adelante e intentas vivir con la mayor dignidad posible. No hay otra. El primer día te acuestas y lloras y el segundo ya no tienes ganas ni de llorar y te dices “vamos a la calle a ver que hay”».

Belinda reitera su agradecimiento a su compañera Anahi, su compenetración, los esfuerzos comunes. Están ambas muy contentas, nos cuenta, en esta comandita deportiva «demostrando que hay cosas que sí se pueden hacer».

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