Me embauca el rumor de tu silencio,
y aunque, tu sombra de lejos se engrandece,
a veces la sensación de tu desprecio
ahoga el sentimiento que enloquece.
Algo mustio y sutilmente repentino,
quizá un olvido en el tiempo que precede,
desnudos los cuerpos en la noche
soñando pasiones que envejecen.
Hablaré de ti al recuerdo
soportando mi amarga condena,
que mi manos siempre soporten
el frío irascible de tu cadena.
Y a los tiempos pediré paciencia
y a los cielos las iracundas tormentas
para poder limpiar mi afligida pena
con la incorpórea sombra de tu presencia.
Habla el corazón despeñado
entre océanos y hojas secas,
otoños de hueca nostalgia
prendidos en la tristeza.
Habla el corazón y tú te alejas.