Subo al otero que está frente a mi casa,
la noche despejada me incita a conocerlo.
Quiero contemplar a las estrellas más de cerca
Y si acaso llegar a tocar el firmamento.
Estoy solo… y allá lejos veo a mi pueblo
Sus luces mortecinas custodian el silencio.
La noche no me deja ver más cosas,
que a las estrellas en tremulantes coqueteos.
En la cima me paro y miro al cielo
Allí están como diciendo somos tuyas
Dando un salto y al vuelo alcanzo a una
y…. la pongo lentamente sobre el suelo.
La estrella temblorosa y dolorida
Se atreve a preguntarme si la quiero
Cómo no he de quererte estrella mía
Sin ti la noche carece de secretos.
En un momento el suelo se ilumina
Y los árboles que duermen son despiertos
Y los pájaros en sus ramas aletean
La noche se convierte en dulce sueño.
Al llegar a la cima me detengo
Todo alrededor está dormido
Tan solo las estrellas y algún grillo
Me recuerdan que aún de noche, estoy viviendo.