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jueves, 28 marzo

El arte moderno, por Manuel Buendía

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Todos conocemos el significado de la palabra moderno, etimológicamente proviene del latín (como no) de la unión de dos palabras: modus (modo, medida) y ernus (de hoy). Esta palabra no empezó a usarse hasta el siglo XV con su significado original, es decir:  al modo de hoy, y venía a indicar que la edad media y su oscurantismo ya había pasado, y ahora tocaban los nuevos tiempos del Renacimiento. Se siguió usando los dos siglos siguientes para  revindicar el triunfo de la Razón sobre el inmovilismo religioso. A esta época los historiadores la denominaron Edad Moderna.

No fué hasta finales del siglo XIX que empezó a usarse de nuevo habitualmente la palabra coincidiendo con la explosión postimpresionista, y es que la revolución impresionista supuso un revulsivo para las artes plásticas. A ello contribuyó la aparición de la fotografía, privando a la pintura de su -hasta ése momento- función de representación de los distintos planteamientos estéticos de la realidad, el arte, hasta el siglo XIX fué un continuo ir y venir, rescatando conceptos formales clásicos desde los cuales evolucionaban hacia la fantasía, más o menos caótica, dentro de las mismas premisas estéticas . Por causa de la invención de la fotografía, y de la evolución de ésta, la pintura entró en una espiral de autoinvención contínua hasta llegar a la abstracción, y a partir de ahí el arte entró en una sucesión de contínuos lenguajes contestatarios intentando suplantar a la última propuesta.

Cuando se habla de arte se suele referir a las artes plásticas, es decir: la pintura y la escultura, aunque también deberían entrar la literatura, arquitectura, música, cine, fotografía, etc.. Además deberíamos tener en cuenta que el avance de las ciencias y la tecnología a traido consigo otras formas de expresión que se sitúan en la frontera entre varias disciplinas.

Definición del arte según la Wikipedia: (del lat. ars, artis, y este calco del gr. τέχνη)1 es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, mediante la cual se expresan ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, mediante diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos.2 El arte es un componente de la cultura, reflejando en su concepción los sustratos económicos y sociales, y la transmisión de ideas y valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo del espacio y el tiempo. Se suele considerar que con la aparición del Homo sapiens el arte tuvo en principio una función ritual, mágica o religiosa (arte paleolítico), pero esa función cambió con la evolución del ser humano, adquiriendo un componente estético y una función social, pedagógica, mercantil o simplemente ornamental.

Aunque no hay una definición clara de lo que podemos considerar arte moderno, la crítica  y los historiadores del arte suele utilizar la etiqueta para definir todo el arte de las vanguardias de finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, y a todo lo posterior se le llama arte contemporáneo. Aunque no es ésta una regla general, la utilizaremos para distinguir las dos etapas, ya que es muy importante para entender las conclusiones a las que pretendo llegar.

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Habría que tener en cuenta, así mismo, que es la revolución industrial la que con sus cambios sociales genera la aparición y evolución del arte moderno. La revolución industrial asienta el sistema capitalista, una creciente clase burguesa va tomando el poder en detrimento de la nobleza, la Iglesia y las monarquías, y es ésta clase burguesa la que se convierte en la nueva consumidora de obras de arte. El final del siglo XIX trae consigo la proliferación de las galerías de arte,  donde una creciente clase media, con tiempo de ocio para culturizarse, compra esas obras de arte que la mayoría no comprende. Como consecuencia de todo esto aparece, junto a la figura del marchante o galerista, el crítico de arte. Al principio los críticos de arte eran los abanderados de las nuevas propuestas, ya que con sus conocimientos podían evaluar la coherencia estética de los artistas emergentes. Los críticos empezaron a tener mucho poder e influencia, se aliaron con los galeristas por puro interés mutuo, y poco a poco el papel del artista moderno fué diluyéndose.

El arte moderno empezó a convertirse en un producto especulativo, el propio sistema entendió el potencial que tenía el arte moderno, en el sentido más capitalista. Invertir en arte clásico era muy caro, ya que eran obras con un valor contrastado y evidente, sin embargo invertir en arte moderno era muy productivo. Comprar obras de artistas emergentes, a los que los críticos promocionaban, y a precios muy asequibles, permitía la espaculación financiera, ya que esa obra podía triplicar su valor en pocos años.

Esa tendencia se fué ampliando a partir de la segunda guerra mundial. Las nuevas tendencias estéticas obedecían cada vez más a unas ocultas leyes que dictaban los gurús del mercado del arte, y entonces el Arte Moderno se convirtió en el Arte Contemporáneo. Los artistas contémporáneos  entraron en el juego, pero todo esto lo dejaré para el próximo capítulo.

Postdata- La característica del Arte Moderno está en la aparición de los Ísmos, en menos de cincuenta años aparecieron todos los estilos que cambiaron el concepto del arte: Impresionismo, postimpresionismo, fauvismo, expresionismo, Nabis, Abstracción, cubismo, futurismo, dadá, surrealismo y Naíf.

Manuel Buendía Pliego
Manuel Buendía Pliego
Persona inquieta y multidisciplinar. Artista plástico, profesor de dibujo y acuarela, diseñador, gastrónomo, y escritor aficionado. Ha publicado en distintos medios digitales varios relatos, también ha publicado un libro de microrrelatos junto a Carlos Naranjo, y está trabajando en varios proyectos editoriales.
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