Manolo Cardo, su hermano y sus dos hijos, chico y chica, salieron el 1 de noviembre de la Serranía de Cuenca, de Vega del Codorno, con destino a Mestanza, en el Valle de Alcudia. Este jueves han llegado a Tomelloso y ayudados por la Policía Local, han rodeado la ciudad. Conducen 1.600 ovejas de raza merina, mezcladas con flecha. Estarán en el Valle de Alcudia hasta el mes de mayo, que regresaran a los pastos altos y frescos de la sierra.
Nos cuenta que se conforma con el desvío de Tomelloso, pero que no está contento con hacerlo, ya que “si fuésemos por la cañada iríamos más rectos y tardaríamos menos”. La Cañada Real Conquense arranca en el pueblo de Manolo, en Vega del Codorno. En Socuéllamos se bifurca y un tramo de la misma va por Ruidera hasta Jaén. El ramal que trascurre por Tomelloso, por el que circula el rebaño, empalma en Manzanares con la Cañada Real Soriana Oriental hasta el Valle de Alcudia.
Son cada vez menos los pastores trashumantes, dice, este año bajarán solamente 6 o 7 rebaños de Cuenca y Teruel. Duermen en tiendas en campaña. Le preguntamos que si compensa el trasiego y asegura que “este ganado necesitaría 5 o 6 camiones, a 900 euros ida y otros 900 la vuelta por supuesto que compensa”.
El eterno problema con que se encuentran los pastores son las invasiones de las cañadas, pero en la provincia de Ciudad Real “está todo limpio de mojón a mojón. La anchura de una cañada real es de 75 metros o 90 varas.
