Bali vive una transformación en su mercado inmobiliario tras la recuperación del turismo post-Covid. Las zonas de Seminyak, Canggu y Ubud experimentan un fuerte incremento en la demanda de propiedades, tanto para compra como para alquiler vacacional, con subidas de precios anuales cercanas al 10% y rentabilidades por arrendamiento de entre el 7% y el 15%. El auge del trabajo remoto y la llegada de nómadas digitales, sumado a una política fiscal favorable a la inversión extranjera, consolidan el atractivo de la isla para el capital internacional, esperando que el precio de las propiedades en Bali en 2025 continúe creciendo.
Inversores extranjeros y nómadas digitales, protagonistas del cambio
El retorno del turismo internacional ha devuelto la vitalidad al sector, superando ya los niveles previos a la pandemia. Este repunte ha repercutido directamente en el mercado de la vivienda, especialmente en los barrios más codiciados de la isla. En palabras de los analistas, “la llegada masiva de nómadas digitales ha transformado la demanda residencial, impulsando la creación de alojamientos adaptados al teletrabajo y con contratos flexibles”.
Este nuevo perfil de residente busca no solo buena ubicación, sino también conectividad de calidad, espacios de coworking y servicios digitales integrados, algo que ya ofrecen zonas como Canggu, Ubud o Sanur. El despliegue de redes como Starlink ha reforzado aún más esta tendencia.
Subidas de precios y políticas fiscales: doble filo para el inversor
El atractivo de Bali como destino de inversión ha llevado a una subida constante del valor de las propiedades. El capital extranjero, proveniente principalmente de Australia y China, está adquiriendo propiedades de lujo, con expectativas de revalorización y alta rentabilidad por alquiler. Este fenómeno, sin embargo, plantea retos para el comprador local ante el aumento del precio medio de adquisición.
Al mismo tiempo, el gobierno indonesio ha introducido cambios legislativos, como nuevos impuestos sobre la compra y gestión de inmuebles. Estas medidas buscan equilibrar el crecimiento del sector y responder a los desafíos económicos actuales. “Los inversores deben adaptarse a una nueva realidad fiscal que exige una planificación financiera más precisa y estratégica”, destacan los expertos.
Sostenibilidad, un nuevo valor al alza
Otra tendencia al alza es la apuesta por desarrollos inmobiliarios sostenibles. Tanto promotores como compradores priorizan ahora construcciones que respeten el medio ambiente, con técnicas responsables y certificaciones ecológicas. Este enfoque responde a la creciente demanda internacional por viviendas sostenibles, especialmente entre los compradores europeos y australianos.
“El mercado inmobiliario balinés se está alineando con las nuevas exigencias del comprador global, que ya no busca solo lujo, sino también responsabilidad ambiental”, indican fuentes del sector.
Previsiones para 2025
De cara a 2025, todo apunta a una continuación de esta tendencia al alza. La combinación de una demanda creciente por parte de trabajadores remotos, las mejoras en conectividad y transporte, y la estabilidad política del país convierten a Bali en un foco de inversión internacional. Se prevé que las propiedades en zonas prime continúen revalorizándose, especialmente aquellas que integren soluciones ecológicas y tecnología inteligente.
Los promotores locales, por su parte, están reaccionando con nuevos modelos residenciales, como viviendas compartidas o proyectos flexibles, para dar respuesta a los cambios demográficos y laborales.
Conclusión
Bali se consolida como un destino estratégico para la inversión inmobiliaria en Asia. La recuperación del turismo, la llegada de nómadas digitales y el interés por desarrollos sostenibles están redefiniendo el mercado de la vivienda. Los próximos años estarán marcados por una fuerte competencia internacional, subidas de precios y la necesidad de adaptarse a un entorno fiscal y normativo cada vez más exigente. Para más información visite https://bali.realestate/.