Tomelloso vivió este Jueves Santo una de las procesiones más esperadas y significativas de su Semana Santa: la Oración y Juicio de Cristo. La cita, marcada por el recogimiento y la emoción, trasladó a vecinos y visitantes a los primeros momentos de la Pasión de Jesús, desde su angustia en el Huerto de los Olivos hasta su juicio ante Pilatos.
La procesión dio comienzo a las 20:30 h desde la Parroquia de Santo Tomás de Villanueva. El recorrido, inicialmente previsto, tuvo que ser modificado a última hora por “motivos técnicos sobrevenidos” detectados durante las pruebas previas. Finalmente, el itinerario siguió por General Aguilera, Doctor Cajal, Don Víctor Peñasco, San Francisco, Clavel, San Mateo, regresando a través de Don Víctor Peñasco y Doctor Cajal hasta la parroquia de salida. Un recorrido más breve, pero cargado de simbolismo, que permitió un discurrir íntimo y solemne de los pasos procesionales.
Cuatro hermandades, cuatro escenas del Evangelio
Abrió el cortejo la Hermandad de la Oración en el Huerto, fundada en 1952. Su paso de misterio representa a Jesús orando en Getsemaní, acompañado por un ángel que lo consuela, mientras los apóstoles duermen. La talla, que cada año se adorna con ramas de tomillo y romero traídas por guardas forestales, evoca el ambiente del huerto bíblico. Los cofrades vistieron túnica blanca, capillo y fajín rojo, mientras los anderos, sin capa, portaron el paso a hombros acompañados únicamente por el sonido seco de los tambores.
A continuación desfiló la Hermandad de Nuestra Señora del Mayor Dolor, una de las más antiguas de Tomelloso, fundada en 1949. Su imagen titular, obra del escultor Santiago Lara Molina, avanzó entre el respeto de los presentes sobre un trono de orfebrería iluminado por 34 puntos de luz. En sus orígenes, la hermandad estuvo compuesta únicamente por mujeres —las conocidas “manolas”—, y hoy conserva ese espíritu de recogimiento. El cortejo fue precedido por una cruz de guía en caoba y plata, portada por cuatro anderas.
La tercera en desfilar fue la Hermandad de Jesús con la Cruz a Cuestas, que procesionó el paso del Ecce Homo, representación de Cristo coronado de espinas y presentado al pueblo. Fundada en 1987, su cuadrilla mixta —hombres y mujeres— portó la imagen sobre el trono, en una escena que invita a la contemplación del juicio y la aceptación del sufrimiento. Los nazarenos vistieron túnica blanca, capa verde y faroles de mano, reforzando el tono penitencial de la noche.
Cerró la procesión la Hermandad de Jesús del Perdón, con la imagen de la Virgen de la Esperanza. Esta talla, esculpida por el marido de una miembro de la hermandad como acto personal de fe, transmite una serenidad luminosa en medio del dolor. Los cofrades vistieron túnicas moradas con fajín marfil y portaron báculos con cruz y farol. Su paso puso el broche a una noche marcada por el contraste entre la entrega y la esperanza.
Inicio del Triduo Pascual
En el plano litúrgico, el Jueves Santo marca el inicio del Triduo Pascual y conmemora la Última Cena, la institución de la Eucaristía y el mandamiento del amor. La procesión de anoche reflejó todos esos elementos a través de sus imágenes: la oración de Jesús en el huerto, el juicio sin defensa del Ecce Homo, el dolor silencioso de María y la esperanza confiada de la Virgen.
En Tomelloso, cada paso no solo camina… también reza.






































































