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sábado, 11 enero
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España: la disyuntiva entre vivienda cara y crecimiento económico

Según los últimos informes del Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios de la vivienda se incrementaron un 7,8% en el segundo trimestre de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior, marcando el mayor aumento en los últimos dos años. Aunque todo el sector inmobiliario se ha visto afectado, el aumento más preocupante se ha dado en la vivienda nueva, cuyos precios se dispararon un 11,2% entre abril y junio, lo que supone el mayor repunte desde el tercer trimestre de 2007, justo antes de la crisis inmobiliaria global. Las viviendas de segunda mano también experimentaron un crecimiento, aunque más moderado, con un aumento del 7,3%. Desde 2014, los precios de este tipo de propiedades han seguido una tendencia al alza. Esta situación se debe a varios factores como el aumento de la población, el encarecimiento de los materiales de construcción y la financiación, así como la insuficiente oferta de viviendas en comparación con la demanda, especialmente en las principales áreas metropolitanas de España, donde reside más del 36% de la población.

Los indicadores muestran claramente cómo las casas son más caras que nunca, ya que los precios de las viviendas son un 58% más altos que hace nueve años. Este incremento supera con creces el incremento que se alcanzó durante el auge de la burbuja inmobiliaria, concretamente en 2007, cuando se alcanzó un pico histórico.

Mientras hay inversores internacionales que tratan de analizar situaciones tales como cómo afectan el Viernes Negro a la Bolsa, a nivel doméstico, el foco se pone sobre el mayor coste del acceso a un techo para vivir, en contraste con las buenas previsiones económicas. Los datos no engañan, en uno y otro sentido, y el ciudadano medio español trata de encontrar el equilibrio y disfrutar de un Estado de Bienestar que empieza a encontrar grietas. 

Desigualdad territorial: buena posición castellano-manchega

El aumento de los precios de la vivienda no ha sido uniforme en todo el país. Las principales ciudades y las zonas de alto interés turístico han sido especialmente afectadas por la presión del mercado inmobiliario. En Madrid, por ejemplo, los precios de las viviendas son un 74% más altos que en 2015, mientras que en Baleares han aumentado un 72% y en Cataluña un 66%. Esta tendencia refleja que la situación es especialmente tensa en grandes ciudades y áreas costeras, donde la oferta de vivienda nueva no logra satisfacer la creciente demanda.

Castilla La Mancha resiste, de momento, a este incremento. El precio medio de la vivienda a nivel nacional ha registrado un aumento del 2,9 % en el segundo trimestre del año en comparación con el trimestre anterior, cuando también se observó un repunte en los precios. Estas cifras elevadas contrastan significativamente con los indicadores de la vivienda en nuestra región, donde el precio medio de venta es de 876 euros por metro cuadrado. Junto con Extremadura, cuyo metro cuadrado se sitúa 813 euros, son las únicas dos comunidades en las que el precio por metro cuadrado se encuentra por debajo de los 1.000 euros, 

España lidera el crecimiento en la UE

En el otro lado del aumento de la dificultad para acceder a una vivienda, está el buen momento económico que vive el país. España se posiciona como el país con mayor crecimiento para el 2024, impulsada por políticas sociales que han logrado reducir la desigualdad a niveles históricamente bajos. El aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), la revalorización de las pensiones y las mejoras en las condiciones laborales, junto con otras medidas de protección de ingresos, han jugado un papel crucial.

Torre de Gazate Airén

A pesar de estos avances, la inflación y los citados elevados costes de la vivienda siguen afectando la capacidad adquisitiva de las familias, especialmente aquellas de clase económica media y baja, que son más vulnerables ante la dificultad para acceder a un bien básico, como es la vivienda. 

Buenas expectativas del FMI

Las proyecciones de diversos organismos, tanto nacionales como internacionales, entre ellos el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como los análisis de centros especializados y el propio Gobierno, coinciden en que España liderará el crecimiento económico dentro de la Unión Europea en el último trimestre del 2024 y durante el primero del 2025.  Se prevé un crecimiento que variará entre el 1,5% y el 2%, según los diferentes escenarios. Este liderazgo económico ya se ha mantenido en los últimos tres años. Sectores clave como el turismo y las exportaciones, que están en un proceso de transformación hacia una mayor especialización en servicios, son esperados a resistir las debilidades del entorno internacional. Además, el consumo interno es un motor clave, apoyado por la fortaleza del mercado laboral. También se empiezan a observar señales de recuperación en la inversión empresarial.

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