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lunes, 22 abril

Tomelloso y sus bibliotecas

Antes de García Pavón y la actual biblioteca hubo varios intentos de crear una biblioteca pública

Hace casi seis décadas, que el periodista Melchor Fernández Almagro bautizó a Tomelloso como la “Atenas de La Mancha”. Ese título del que aún seguimos presumiendo, fue por la gran generación de escritores de la posguerra que dio nuestra ciudad, y eso se debió a la gran inquietud de algunos de nuestros personajes más ilustres, y su empeño en hacer de Tomelloso una ciudad próspera, desde el convencimiento de que la única forma de prosperar era desde la alfabetización, la educación y la cultura. Con motivo del Día Internacional de las Bibliotecas, hemos querido hacer un poco de historia.

La actual Biblioteca Municipal “Francisco García Pavón” abrió sus puertas a finales de 1953, siendo alcalde José Pérez Torres y ubicándose en la Plaza de España, donde actualmente están las dependencias de la Policía Local. Entonces era una sala única de lectura para adultos pero que reservaba una pequeña zona para publicaciones infantiles. Esta biblioteca fue promocionada y demandada por el que fue su primer director, el escritor Francisco García Pavón.

Teóricamente esta es la primera biblioteca pública de la historia de Tomelloso, pero antes de ella hubo varios intentos, y la historia de la alfabetización y promoción de la lectura en Tomelloso va unida a la propia historia de España. Por lo tanto habrá que volver hacia atrás.

La pérdida de las últimas colonias españolas de ultramar en 1898 trajo consigo una crisis política y social de gran magnitud. De pronto se descubrieron todas las carencias de un país pobre a todos los niveles. España había sido un país que durante siglos vivió de los recursos de sus colonias, aquí no hubo una revolución industrial, y mucho menos cultural. La sociedad demandaba una regeneración total, tanto política como económica, moral y cultural.

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Según datos de Francisco Alía Miranda, de la UCLM, en el año 1900 la tasa de analfabetos en España era aproximadamente del 70%, ese porcentaje en regiones como La Mancha, ascendía hasta el 75%, pero en Tomelloso llegaba al 81,4%. Las cifras, no obstante, son más dramáticas, pues según Alía, en 1910 Tomelloso era una de las poblaciones de España donde más se acusaba la falta de escolarización, pues el porcentaje de niños analfabetos hasta los 10 años era del 96,25%, solo sabían leer y escribir 160 de los 4.268 niños de esas edades. En el grupo comprendido entre los 10 y los 30 años, el porcentaje de personas carentes de instrucción era casi del 75%, mientras que el grupo de mayores de 30 el porcentaje subía hasta casi el 76%.

Tomelloso y sus bibliotecas

Por aquellos años de principios de siglo, paradójicamente a esa situación, surgieron grandes intelectuales y pensadores, con gran interés en dinamizar la alfabetización y la instrucción de las masas. De la Generación del 98, surgieron figuras como Giner de los Ríos, que junto a Nicolás Salmerón, crearon la Institución Libre de Enseñanza, un proyecto que apoyaron la gran mayoría de los intelectuales de la época (Antonio Machado, Ortega y Gasset, Joaquín Costa, Leopoldo Alas Clarín, Joaquín Sorolla, Gregorio Marañón, Menéndez Pidal, Ramón y Cajal, etc.). Influidos por la filosofía Krausista, abogaban por la alfabetización y la instrucción intelectual del pueblo como única apuesta posible del regeneracionismo.

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En aquellos principios del siglo XX, en Tomelloso aparece la figura de Francisco Martínez Ramírez, intelectual adscrito a la corriente de pensamiento Krausista, y amigo personal de muchos de los intelectuales anteriormente citados. Desde su periódico: El Obrero de Tomelloso, intentó promover la creación de asociaciones obreras de carácter cultural, y promocionó la creación del Círculo Instructivo del Obrero, que se materializó en 1904, y cuyo fin primordial era la enseñanza y educación para los obreros del campo, que eran la mayoría. Además de dar educación, el círculo disponía de una pequeña biblioteca con una cuidada selección de grandes obras literarias, así como pedagógico-científicas.

Tomelloso y sus bibliotecas
Francisco Martínez Ramírez – El Obrero –

Las actividades del “Círculo” fueron sistemáticamente boicoteadas por las clases dirigentes más conservadoras de la ciudad, y el recorrido del Círculo Instructivo del Obrero no llegó a cumplir una década. También fundado por Francisco Martínez Ramírez varios años después, El Casino de Tomelloso, que durante sus primeras décadas se denominó Círculo liberal, poseyó una selecta biblioteca, que aún se mantiene.

A partir de la segunda década del siglo, las organizaciones obreras CNT y FAI creaban por todo el territorio nacional los llamados Ateneos Libertarios, que eran centros culturales inspirados en La Escuela Moderna, creada por el pedagogo catalán Ferrer i Guardia, y cuya misión era la de educar y alfabetizar a los trabajadores desde una enseñanza laica y libertaria. En todos los ateneos libertarios había bibliotecas populares, y había foros de debate sobre libros, en su mayoría de tendencias e ideologías revolucionarias. Durante la década de 1930, estas organizaciones obreras tuvieron mucha presencia en Tomelloso, por lo que hemos de deducir que también debió haber un ateneo libertario con su biblioteca.

Tomelloso y sus bibliotecas

Llegada la convulsa década de 1930, con la llegada en 1931 de la Segunda República, llegarían a Tomelloso las llamadas Misiones Pedagógicas y la Red de bibliotecas populares. El 29 de mayo de 1931, muy pocos días después de la proclamación de la república, en el seno del Museo Pedagógico Nacional y, por lo tanto, con el influjo ideológico de la Institución Libre de Enseñanza, se crea por Decreto el Patronato de Misiones pedagógicas bajo la presidencia de Manuel Bartolomé Cossío. Unos meses después, en noviembre del mismo año, se crea la Junta de Intercambio y Adquisición de libros para bibliotecas públicas que multiplicó por veinte el presupuesto destinado a adquisiciones de libros. En este momento la tasa de analfabetismo de nuestro país alcanza el 44,3 % y, según datos de Pilar Faus (1990) de los veintitrés millones de habitantes con que contaba nuestro país, sólo cuatro tenían acceso a los libros. En 1936 la institución la gestionaban María Moliner y el poeta Luis Cernuda. Esa red de bibliotecas populares llegó a unos 1.500 pueblos.

Dionisio Cañas, en su libro “Tomelloso en la frontera del miedo” nos cuenta: El proyecto general del Frente Popular fue el de crear una auténtica cultura dirigida a la clase trabajadora. A pesar de que el Consejo Municipal había acordado crear una Biblioteca Popular, la cual sería organizada por las Juventudes Antifascistas, en La Voz del Pueblo (13 de junio de 1937) se puede leer lo siguiente: “Con los libros que tienen algunas bibliotecas y seguir cerradas… cultura”. Y en el mismo ejemplar, en un artículo titulado “¿En qué piensan?”, firmado por DALVI: “CULTURA POPULAR; pero dirigida por hombres competentes, hombres que claramente se vea que sienten el deseo de incrustar en el cerebro de todos esta enseñanza, fuese quien fuese… y que todos lleguemos a comprender lo que para nosotros significa esa palabra tan bonita:¡CULTURA SOCIAL!, que tanta falta nos hace en estos momentos[…] Porque decidme, ¿no estaría muy claro que todas las agrupaciones formadas en Tomelloso y que alardean de ostentar el título de Artístico-Culturales, vinieran a una fusión y se ayudasen las unas a las otras, estando en un continuo acuerdo para favorecerse? […] Y pensando si así será el único camino directo para ver realizada junto al resto de instalación de una biblioteca para todos, que sería el orgullo siempre de un puñado de muchachos trabajadores que con su sacrificio supieron conseguir, lo que hasta aquí no ha sido nada más que promesas por parte de todos”. Unos meses después de la publicación de este artículo, el 6 de agosto, se toma una medida drástica en el Ayuntamiento y se decide “concentrar todas las bibliotecas de sociedades y particulares en el Instituto de Segunda Enseñanza, para constituir la Biblioteca Comarcal”. Por su parte, Francisco García Pavón nos cuenta en “Ya no es ayer”: ”Tristemente tras la guerra la biblioteca fue destruida junto al resto de mobiliario y enseres”.

Pero además de la actual biblioteca municipal “Francisco García Pavón”, en la década de 1980 del siglo pasado, se creó otra biblioteca desde la Obra Social de Caja Madrid (entidad bancaria integrada actualmente en Caixa Bank) en la Calle de la Rosa. Esta biblioteca estuvo abierta hasta principios de la década de 2010, cuando la crisis internacional de las entidades financieras, reconvirtió la mayoría de las cajas de ahorros en bancos. La biblioteca siguió un par de años más funcionando, abriendo unas cuantas horas a la semana, hasta que se cerró definitivamente hacia 2013 y sus fondos se repartieron por distintos colegios y entidades.

Llegamos por fin a la actual biblioteca municipal, fundada en 1953, pero que empezó a funcionar en 1954, y cuyo fundador y primer director fue el escritor Francisco García Pavón, que recibió el apoyo, tanto del entonces alcalde José Pérez Torres como del entonces Gobernador Civil de Ciudad Real, José María del Moral, personaje intelectual que arropó numerosas iniciativas culturales y educativas en nuestra provincia.

Entre los numerosos socios que pronto se hicieron con su carnet de la misma, destacan los escritores Juan Torres Grueso, Eladio Cabañero y un jovencísimo Félix Grande, así como el pintor, aún adolescente, Antonio López García. Posteriormente también sería un usuario muy asiduo el dibujante e ilustrador José Luis Cabañas.

Aquella primera sede pronto se quedó escasa y en octubre de 1967, siendo alcalde, el también poeta Juan Torres Grueso, la biblioteca se traslada a su actual emplazamiento de la calle de la Independencia 32 desde donde lleva prestando sus servicios cincuenta y cinco años. El nuevo edificio fue entonces pionero en cuanto a sus amplias y modernas instalaciones, pasando a ser Casa Municipal de Cultura que alberga en tres plantas: Hall y salón de actos, sala de adultos, sala infantil, despachos, zona de trabajo técnico, depósito para fondos, sala de exposiciones, aulas y zona de servicios.

Tomelloso y sus bibliotecas
Francisco García Pavón

En cuanto a sus responsables técnicos, cuando Francisco García Pavón se trasladó a Madrid a inicios de la década de los sesenta, pasó a ocupar su cargo Ana Victoria Velasco quien dirigió e inauguró las nuevas dependencias del actual edificio hasta 1975. Desde entonces y hasta 1980 fue Doroteo Cabañas Onsurbe, hermano del dibujante José Luis Cabañas, quien asumió la dirección de esta institución cultural hasta que en octubre de 1981 se hizo cargo de la Casa de Cultura y la Biblioteca Municipales su recientemente jubilada directora, Rocío Torres Márquez. Desde 1990 y con motivo del homenaje póstumo que se le brinda a Francisco García Pavón, poco después de su fallecimiento, la Biblioteca lleva su nombre como merecido y justo homenaje a quien hizo posible su existencia y ha dado fama internacional, a través de su magnífica obra literaria, a su Tomelloso natal.

La evolución de esta biblioteca ha sido muy intensa, y se ha ido adaptando a los tiempos y a la evolución tecnológica. En 1996 se inicia el proceso de informatización, a través del programa de gestión de la Junta de Comunidades LIBERMARC, iniciándose en una primera fase con la catalogación de los fondos bibliográficos, el módulo de socios y el de préstamo, y continuando con la puesta en marcha de la mediateca que incorpora los nuevos soportes de información como el cd-rom, cd’s de música, películas y documentales en video y dvd.

En el año 2000 se amplía el servicio de la biblioteca con varios puntos de acceso gratuitos a Internet y en el año 2002 se inaugura el Centro de Internet y Nuevas tecnologías de la Biblioteca Municipal, en colaboración con la Consejería de Ciencia y Tecnología de la Junta, siendo uno de los pioneros de nuestra región. En la actualidad dispone de 18 puestos dotados de las prestaciones informáticas más avanzadas que ofrece a miles de usuarios un servicio libre y gratuito a las nuevas tecnologías y la comunicación.

En noviembre de 2020, la alcaldesa de Tomelloso, Inmaculada Jiménez, anunciaba la adquisición del edificio donde estuvo instalada la oficina de Correos en Tomelloso, en la calle Juan José Rodrigo, por parte del ayuntamiento para ubicar allí la biblioteca municipal. Y cuyo edificio actual se dejará para dependencias de los servicios culturales de la ciudad.

Esta es, a grandes rasgos, la historia de las bibliotecas de Tomelloso, una ciudad que ha dado al mundo grandísimos literatos de renombre, y numerosos artistas de todas las disciplinas. Una ciudad que a principios del siglo XX tenía uno de los índices de analfabetismo más altos del país, terminó convirtiéndose en La “Atenas de La Mancha”, gracias al empeño de unos cuantos grandes personajes que quisieron hacerla crecer, desde el convencimiento de que la cultura es la gran riqueza de cualquier pueblo, y llevaron esa riqueza por todo el mundo.

Por último, y como curiosidad, la palabra Biblioteca proviene del griego, y es la unión de dos palabras: βιβλίον (biblíon, «libro») y θήκη (thēke, «depósito, receptáculo»). A su vez, la palabra βιβλίον (biblíon) proviene de la antigua ciudad fenicia de Byblos. El nombre Biblia con el que se conoce al libro sagrado cristiano, es atribuido a esta ciudad ya que la primera biblia se realizó en papiro proveniente de la misma.

Manuel Buendía Pliego
Manuel Buendía Pliego
Persona inquieta y multidisciplinar. Artista plástico, profesor de dibujo y acuarela, diseñador, gastrónomo, y escritor aficionado. Ha publicado en distintos medios digitales varios relatos, también ha publicado un libro de microrrelatos junto a Carlos Naranjo, y está trabajando en varios proyectos editoriales.
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