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viernes, 29 marzo

Joaquín Acedo no descansa tras su jubilación como bombero del Parque de Tomelloso

enTomelloso.com entrevista a Joaquín Acedo, bombero jubilado muy conocido en Tomelloso, para hablar sobre su vida como bombero, sus viajes a Ucrania o su participación en El Hormiguero, entre otros temas

El personaje que aquí describe los momentos más relevantes de su vida seguramente no necesite presentación en Tomelloso. Joaquín Acedo es un bombero jubilado que, además de ser conocido en su ciudad por su labor profesional, también lo es por las causas sociales en las que ha participado. Colaboró en la crisis migratoria del Mar Mediterráneo en 2015, en la pandemia de la Covid-19 entregando camas al Hospital de Tomelloso o en varios sucesos de incidencia de Tomelloso.

Por ello, no podemos considerar a Joaquín Acedo como ‘jubilado’, pues sigue ejerciendo su profesión siempre que puede, porque, como el protagonista dice: «Bombero es estar 24 horas en el oficio, no es fácil desvincularte de cualquier cosa que tú puedas solucionar».

SU VIDA COMO BOMBERO

Joaquín Acedo no descansa tras su jubilación como bombero del Parque de Tomelloso

Joaquín Acedo nunca tuvo como objetivo en la vida ser bombero: «Yo era electricista de profesión, que no tenía nada que ver con lo que estudié porque estudié enología en la escuela de capataces». Su vecino era electricista y Acedo comenzó a trabajar con él, para más tarde pasar a montar alarmas de incendios y de robos, lo que le hizo comenzar a relacionarse con su futura profesión. Entonces salieron las oposiciones de bomberos, «que en aquella época no sabíamos ni lo que era porque por entonces en el pueblo solo había 5 conductores del Ayuntamiento que hacían las funciones de bombero».

Acedo se sacó la plaza de bombero en 1987, coincidiendo con la profesionalización del servicio de bomberos y con la inauguración del Parque de Bomberos de Tomelloso. El protagonista narra una anécdota que muestra la importancia del cuerpo de bomberos en la comarca: «Las primeras UVIs móviles con médico surgieron en Ciudad Real. Llegábamos a Madrid y allí todavía se movían con coches tipo ‘ranchera’ cuando nosotros ya teníamos furgoneta. Por ello, en Madrid tuvieron que modificar las entradas a las urgencias de los hospitales para que entráramos nosotros con las furgonetas».

Según cuenta, el servicio se copió de como se hacía en Dinamarca, país pionero en estos servicios. «Madrid, en torno al año 1992 o 1993, estaba dividida por la Castellana ,y había un Land Rover a cada lado con un ATS, mientras que nosotros ya aquí teníamos 6 UVIs: Puertollano, Ciudad Real, Almadén, Valdepeñas, Alcázar y Tomelloso», detalla Acedo comparando los servicios de la provincia con los de la capital.

En cuanto a la vida de un bombero, Acedo considera que es estar «24 horas al día en el oficio», porque «no es fácil desvincularte de cualquier cosa que tú puedas solucionar», como por ejemplo «si vas por la carretera de viaje o si ves cualquier actuación». Su situación la considera «un poco particular», ya que al contar con camiones en propiedad le permite ayudar en la medida de sus posibilidades.

Inma Delgado Fotografía New Born

EL DÍA A DÍA DE UN BOMBERO

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En cuanto al trabajo diario de un bombero, Acedo explica con detalle cómo son 24 horas en la vida diaria de un bombero: «Dentro del parque haces tareas de mantenimiento. Los turnos son de 24 horas, aunque todo depende de la temporada. Aquí en Tomelloso entrabas por la mañana y te pasaban las incidencias del día anterior. El jefe de turno reparte los vehículos y comienzan las tareas de mantenimiento y revisión de todos los equipos. Tras 40-50 minutos de desayuno, se baja a hacer una práctica o se hace una revisión más específica del material que tenemos».

Acedo continúa detallando el día de estos profesionales: «El mantenimiento llega hasta más o menos las 13 horas. Todo depende de que no haya habido salidas de urgencia. También está asignada cada día la limpieza de un vehículo, siempre dando prioridad a los que han llegado de una incidencia. A la hora del mediodía un bombero sube a cocinar y, tras la comida, ya cada uno se organiza y puede estudiar, hacer deporte,…».

¿A QUÉ SE DEDICA AHORA?

Acedo, jubilado desde abril de 2020, aunque pospuso su jubilación para ayudar en los peores momentos de la pandemia, tiene como ‘hobby’ la reparación de camiones de bomberos y formar a opositores que tienen pruebas prácticas para conseguir la plaza de bombero. Actualmente cuenta con 7 camiones operativos más 3-4 en reparación. Los obtiene tanto en subastas como en desguaces y los usa para dar formación. En algunas situaciones críticas ha utilizado estos camiones para apoyar a sus compañeros.

VIAJES A UCRANIA

Joaquín Acedo no descansa tras su jubilación como bombero del Parque de Tomelloso

Al igual que hiciera al inicio de la pandemia de la Covid-19 entregando camas al Hospital de Tomelloso, Joaquín Acedo no quiso quedarse impasible ante el nuevo estallido de la guerra de Ucrania y, junto a su compañero Marcelino Lomas, se organizó para ayudar al pueblo ucraniano. Y todo empezó por su hijo y el de Marcelino Lomas, que eran voluntarios del Open Arms cuando ocurrió la crisis migratoria en el año 2015. Esto provocó que Acedo se pusiera en contacto con la ONG de su hijo para ofrecer su ayuda, por lo que viajó hasta en 4 ocasiones a Sicilia, Lesbos y Malta actuando como «combois de entrega de materiales».

El protagonista cuenta cómo actuó cuando estalló la guerra a finales de febrero: «Yo tengo bastantes amigos ucranianos en Tomelloso y les dije que algo había que hacer. Tengo un amigo rescatador de helicópteros en Galicia y lo llamé para decirle: ¿Arrancamos?, y lo preparamos todo. Él se encargó de organizar recursos en Galicia (consiguió 100.000 euros en material médico) y yo me empecé a mover con los ucranianos de Tomelloso. Por supuesto, mi compañero Marcelino Lomas me acompañó, quien también está jubilado de hace un año».

Solicitó ayuda a la Asociación Castellano Manchega de Ucranianos ubicada en Villarrobledo (su presidenta viajó con ellos en el primer viaje), pues para ello «tienes que estar respaldado a nivel fiscal con alguna ONG para el tema de las donaciones». Además, gracias a sus vínculos con el Ayuntamiento y Protección Civil de Socuéllamos, solicitó a la alcaldesa «la ambulancia vieja que tenían allí» para reacondicionarla y llevarla a Ucrania, todo esto cuando el conflicto «solo» llevaba 2 semanas candente: «Allí a nivel estatal no había nadie, solo voluntarios que se habían movido como nosotros».

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Acedo y Lomas olvidaron su pasaporte el primer viaje, por lo que tuvieron que quedarse en la frontera con Polonia y fueron la presidenta y una enfermera que recogieron en Barcelona quienes hicieron entrega de la ambulancia. «Nuestro objetivo inicial era colocar la ambulancia en la frontera y asistir a los que salieran de Ucrania, pero cuando llegamos allí vimos que la frontera ya estaba asistida y la enviamos hacia el interior del país», reconoce Acedo.

En cuanto regresaron de su viaje, ambos ya comenzaron a diseñar el segundo desplazamiento. Para este fueron acompañados por más voluntarios, con los que quedaron en Barcelona. En estas fechas ya había movimientos sospechosos de mafias, por lo que ellos entregaban los materiales a militares para asegurar su llegada a un buen lugar, aunque ni siquiera en estos casos estaba asegurada al 100 %.

Para el tercer viaje, Acedo quiso llevar otra ambulancia, pues lo que más necesitaban era ambulancias, comida para bebés y medicamentos. Por ello, el Ayuntamiento de Las Mesas y sus asociaciones locales recaudaron hasta 3.000 euros para la compra de la ambulancia, la cual llenaron de medicamentos y de colchones para su traslado. «Llegamos a las 3 de la mañana a Leópolis, la ciudad más importante del oeste del país. Aunque no sufrió tantos bombardeos como otras ciudades, habían bombardeado la estación de tren horas antes. Nos estaba esperando, a oscuras, un señor con una chaqueta naranja que resultó ser un miembro de la ONU», cuenta Joaquín. Al día siguiente, Acedo y su grupo recibieron la visita del coronel jefe de ayuda humanitaria del Estado Mayor de Ucrania, el tercero en la escala de personajes importantes del país.

EL HORMIGUERO

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Joaquín Acedo acude al programa El Hormiguero con su camión y con algún bombero en formación para ofrecer apoyo y prevención ante posibles incidencias que puedan surgir en el desarrollo de las actuaciones que realizan en el programa. Son ya varias veces las que ha acudido hasta las instalaciones de la Calle Alcalá para participar en este famoso programa televisivo.

Bogas Bus

Cuenta cómo empezó todo: «Tuvieron un pequeño incendio con una actuación de pirotecnia dentro de la nave y salió ardiendo la instalación por dentro. Llamaron a una empresa de formación de Madrid pidiéndole bomberos, pero esta empresa les dijo que tenían bomberos pero no tenían camiones. Entonces, esta empresa me conocía a mí y le dio mi contacto. Ya hemos ido muchas veces y la una de las últimas veces, el 23 de junio, en el penúltimo programa de la temporada pasada, tuvimos que intervenir en un incidente. Los dos primeros ensayos salieron bien pero, en el tercero, al actor se le quedó enganchado un pie que estaba ardiendo al balcón y tuvimos que intervenir».

INCENDIO DE RUIDERA

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Joaquín Acedo también estuvo a finales de julio en el incendio que se originó junto a la Laguna Cenagosa, en las Lagunas de Ruidera. A pesar de que este incendio no tuvo la gravedad que pudo tener, Acedo tiene su opinión sobre lo que pasará a medio-largo plazo: «Ruidera va a arder entera porque no dejan que se limpie, dicen que tiene que estar en el medio natural. Si tú coges una rama caída en un camino y te ven, te denuncian. Los ganados, que son los que limpian el monte, no tienen permitido ya pasar por allí. No quieren hacer cortafuegos porque dicen que estéticamente son muy feos, pero ahora, lamentablemente, se ha hecho un cortafuegos grande y gratis», refiriéndose a este incendio reciente.

SUCESO EN LA CARRETERA DE PEDRO MUÑOZ EL PASADO 21 DE MAYO

Uno de los sucesos más impactantes de la ciudad también fue presenciado por nuestro protagonista. El pasado 21 de mayo, una persona de origen senegalés se colgó de un árbol a las puertas del antiguo cuartel de la Guardia Civil, en la carretera de Pedro Muñoz. La hija de Acedo iba con su coche y presenció el momento, por lo que rápidamente llamó a su padre. «Cuando llegué estaban allí algunos agentes de la Guardia Civil y la Policía Local, que aún no habían intervenido, y 15 minutos después llegó la UVI Móvil», comienza contando.

Según explica Acedo, tocó la mano del joven y comprobó que aún estaba caliente, por lo que rápidamente subió al árbol para cortar la sudadera con la que se estaba asfixiando. «Me di cuenta de que ya no era bombero cuando bajé al chico del árbol y me vi solo, sin la presencia de mi equipo de muchos años», dice Acedo.

«Yo me centraba en las pupilas, la vía aérea y el pulso, además del boca a boca». Tras realizar la reanimación cardiopulmonar (RCP) y pedir ayuda, Joaquín sí recibió la ayuda de un agente para realizar la RCP. Pero Acedo lamenta los minutos perdidos: «Si se hubiera actuado antes, el resultado habría sido mejor».

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