Las personas adultas, hemos olvidado cosas con el paso de los años, cosas que son básicas e importantes para nuestro desarrollo íntegro, y sin embargo, las enterramos en el olvido y ponemos encima un millón de cosas artificiales que son a las que nos aferramos lo que nos queda de vida.
La única forma de volver a aprender esas cosas básicas, es a través de los niños. Podemos recordar quiénes somos, viajar a los sitios más lejanos sin movernos del lugar, tener lo que deseamos sin comprar nada, ser ricos sin dinero, tener amigos todos los días… Todo eso y más cosas maravillosas, ocurren cuando escuchamos a los niños.
Nosotros queríamos ser algo más que un espacio lúdico para ellos, queríamos ofrecerles a cambio de brindarnos todo eso de nuevo, una zona en la que se sintieran como en casa, y por eso, somos La Casa Maravillas. Pero además, no queríamos quedarnos en eso, también queríamos compartir con los adultos lo que aprendíamos de los niños, para que no se perdiera el espíritu infantil que nos mantiene vivos en estos duros tiempos.
No obstante realizar un sitio donde se magnifique la creatividad, la iniciativa, la superación, el ánimo y el deseo de crear, no es fácil. Reinventamos y fusionamos, reutilizamos, y jugamos con el espacio. Al final, nos quedamos en la Calle Don Víctor en el pasadizo comercial, en un sitio muy acogedor.
A todos les mandamos el mismo mensaje, que desde aquí, podemos mirar las cosas con humor y optimismo, que todo puede mejorar siempre disfrutando de lo que tenemos.
Rubén Juan Nova
Laura Calabria
Rocío Marín
