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martes, 16 abril

La estupidez humana, por Manuel Buendía

No sé si es debido a una serie de acontecimientos cercanos en el tiempo o a una obsesión momentánea y cíclica, pero últimamente no paro de recapacitar sobre la Estupidez humana y sus consecuencias. Por este motivo he vuelto a leer el interesante libro del profesor Carlo M. Cipolla: Las leyes fundamentales de la Estupidez humana. EL profesor Cipolla (1922/2000) era un historiador de la economía y por lo tanto sus leyes fundamentales están basadas en el comportamiento humano en el sentido más material, pero no obstante, y ya que la economía rige todas las actividades dentro de éste sistema me atrevo a definirlas como Leyes Universales de la Estupidez Humana.

El libro es muy ameno a pesar de ser un libro eminentemente científico en clave sociológica. Las explicaciones previas a las conclusiones de  las leyes fundamentales están muy bien razonadas, y nos hacen ver como lo que llamamos comportamiento ético tiene una relación directa con la Estupidez humana.

Bogas Bus

El Sr. Cipolla clasifica a los seres humanos en cuatro categorías:

·         Desgraciado (D): aquel que se causa un perjuicio a sí mismo, beneficiando a los demás.

·         Inteligente (I): aquel que se beneficia a sí mismo, beneficiando a los demás.

·         Bandido (B): aquel que obtiene beneficios para sí mismo, perjudicando a los demás.

·         Estúpido (E): aquel que causa pérdidas a otros, perjudicándose a la vez a sí mismo.

Estas categorías vienen ordenadas en gráficos interrelacionados, ya que las categorías no son absolutas en la mayoría de los humanos, aunque todos tenemos un mayor porcentaje de un tipo concreto.

Inma Delgado Fotografía New Born

Las leyes fundamentales son cinco:

1ª- Siempre e inevitablemente todos subestiman el número de individuos estúpidos en circulación.

2ª- La probabilidad de que cierta persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona.

3ª- Una persona estúpida es aquella que causa pérdidas a otra persona o grupo de personas sin obtener ninguna ganancia para sí mismo e incluso incurriendo en pérdidas.

4ª- Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento, lugar y circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error.

5ª- La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.

A partir de aquí dejaré de lado al profesor Cipolla, aunque no sus leyes fundamentales. Hay que decir que la catalogación de los individuosmalo-estúpido no está relacionada directamente con el coeficiente intelectual, tampoco con la cultura, el estrato social o cualquier otro condicionante socioeconómico. Hay estúpidos en cualquier colectivo, son mayoría, porque el ser humano en su evolución ha llegado a la crueldad irracional. Creo que todos conocemos a muchas personas cuya única obsesión es dañar a los demás aunque ese daño no les reporte ningún beneficio.

Durante mucho tiempo pensé que las películas de Hollywood exageraban creando a los “malos”,  unos personajes bizarros de una maldad inusual, personas cuya única aportación era la de hacer el mal de una manera indiscriminada. Desgraciadamente el tiempo y la experiencia me han hecho pensar que la realidad supera con creces a la ficción. No llego a comprender qué extraños mecanismos de la mente humana hacen que muchas personas hagan el mal a otras sin un motivo lógico, si es que hay algún motivo lógico para hacer el mal, sólo quizá lo sea la venganza, aunque la ética nos diga que ésta no es lícita.

Nuestro comportamiento ético está directamente relacionado con nuestro nivel de estupidez. A priori el Bandido debería ser el personaje más inmoral, y en nuestro formato ético es así porque se está beneficiando a costa de hacernos un mal. Evidentemente es algo lógico que socialmente no aceptemos ese comportamiento, y hemos creado leyes para protegernos, sólo que esas leyes, como estamos comprobando últimamente, son muy insuficientes.

Hay un tipo muy abundante en nuestros días que es el del Bandido-Estúpido. El Bandido-Estúpido es ese que perjudica a los demás beneficiándose mínimamente, o generando un beneficio mínimo a cambio de un perjuicio enorme. Tenemos muchos ejemplos: El que roba la instalación de cobre de una finca haciendo un gran destrozo de varios miles de euros a cambio de unas pocas monedas, el que roba la radio de un coche y le rompe el cristal, etc.. Pero el mejor representante de esta categoría es el político de turno que gasta millones en una obra faraónica que no sirve para nada arruinando a la comunidad. O todos aquellos que con sus políticas arruinan las vidas de miles y miles de personas pensando únicamente en poder seguir en algún cargo.

Y llegados a este punto, están aquellos Estúpidos mayúsculos que aplauden las desgracias ajenas, incluso las propias, ya que ellos tampoco salen beneficiados (éstos podrían entrar en la categoría deDesgraciados-Estúpidos) defendiendo a los anteriores, éstos son los más peligrosos.

Queda por decir que hay que acabar con los viejos tópicos de confundir la bondad con la estupidez, esa es la justificación de los Bandidos. La bondad no consiste en beneficiar a los demás perjudicándonos nosotros. La persona inteligente es la que se desarrolla personalmente sin hacer mal a nadie e incluso ayudando a los demás, a lo largo de la historia ha habido mentes brillantes que han hecho mucho bien a la humanidad.

Pongamos el acento en la bondad, como la forma más inteligente de andar por la vida. Acentuemos también que permitir las tropelías ajenas es de estúpidos. La estupidez no está en la en la palabra bueno, al igual que la tilde no está en la palabra acento.

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