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miércoles, 27 marzo

¿Qué puedo hacer yo por la Seguridad Alimentaria?

en el supermercado

Como colofón al Mes de la Seguridad Alimentaria SIC Agroalimentaria apela a la responsabilidad y buenas prácticas del consumidor, haciéndole un llamamiento y ofreciendo prácticos consejos para tratar adecuadamente los alimentos

Hostelería, gran distribución, Universidad, cooperativas, centros de investigación, Asociación de celíacos…, todos ellos han participado activamente en el Mes de la Seguridad Alimentaria, organizado por SIC Agroalimentaria con el patrocinio de CaixaBank, y ahora, como colofón, llega el turno del consumidor, uno de los actores más implicados en la Seguridad Alimentaria.

“Porque consumidores somos todos”, afirma Andrés García, responsable del Área de Seguridad Alimentaria de Cooperativas Agro-alimentarias, “y es realmente al que le afectan las buenas o malas prácticas que puedan tener establecimientos hosteleros, gran distribución, productores…, es importante también que sepa que él puede y debe tener un papel activo en la Seguridad Alimentaria, es un compromiso también suyo, desde que hace la compra hasta que pone la comida a la mesa son muchas las cosas que puede hacer o debe evitar para lograr que los alimentos estén en buenas condiciones”.

En este punto Andrés García informa sobre “La inocuidad de los alimentos”, temática del Día Mundial de la Salud, celebrado el pasado mes de abril, por la Organización Mundial de la Salud (OMS), “mejorar la inocuidad de los alimentos, tal y como predica la OMS, se trata de cinco pautas: mantener la limpieza, separar los alimentos crudos de los cocinados, cocinar bien todos los alimentos, mantenerlos a la temperatura adecuada y utilizar agua e ingredientes inocuos, es decir, que no hacen daño”.

Hacer la compra

Desde SIC se lanzan una serie de recomendaciones útiles para todos los consumidores, “nuestra responsabilidad comienza en el mismo momento en que vamos a hacer la compra”, afirma Andrés García. Se debe planificar la compra dejando para el final de la compra los productos que requieran refrigeración o congelación, no mezclar los productos frescos con los elaborados, utilizar bolsas reutilizables en buen estado higiénico y “por supuesto, no mezclar productos químicos de limpieza u otro tipo con alimentos”.

Ya de camino a casa, el transporte debe llevarse a cabo lo antes posible, principalmente para los productos refrigerados y no romper así la cadena de frío, “por eso es mejor conservar los productos congelados y frescos en la misma bolsa para mantener las condiciones de temperatura y, al llegar a casa, deben ser los primeros que se coloquen”.

Asimismo es importante que los productos frescos como pescados y carnes estén colocados en envases rígidos que no permitan roturas que den lugar a contaminaciones con otros productos. “En el almacenamiento de los productos comprados hay que tener en cuenta las posibles contaminaciones a la hora de manipular productos frescos como carnes, pescados o huevos y, por supuesto, lavarse las manos tras haberlos manipulado”, matiza Andrés García.

Igualmente, es desaconsejable reutilizar envases de productos frescos como bolsas, cajas de huevos…, que puedan dar lugar a potenciales contaminaciones.

El consumidor como manipulador de alimentos

“Una de las cosas más importantes en la Seguridad Alimentaria es la higiene”, afirma Andrés García, “por eso debemos extremar nuestra limpieza a la hora de manipular alimentos; el lavado de manos debe hacerse con jabón y agua”.

Asimismo, el uso de paños de cocina supone un elevado riesgo de contaminación en las cocinas, por lo que es aconsejable utilizar papel de un solo uso. “Y hay que tener especial cuidado durante el secado de los utensilios y superficies que estén en contacto con alimentos”.

A la hora de cocinar

Si descongelamos alimentos, lo más recomendado es realizarlo en el frigorífico, y no a temperatura ambiente, además, cuando cocinamos un alimento debe alcanzar la temperatura de cocinado en su punto central, “y muy importante que no entren en contacto utensilios que utilicemos para alimentos crudos y alimentos cocinados, además, a la hora de probar la comida debemos desechar el utensilio que utilicemos”.

Y una vez realizada la comida, no se debe mantener a temperatura ambiente un largo periodo de tiempo y no se deben introducir alimentos calientes dentro del frigorífico. Además, en caso de congelar alimentos preparados, es preciso indicar fechas de congelación y evitar contaminaciones durante la misma.

“Y muy importante, fundamentalmente para los hogares donde haya niños pequeños, extremar las precauciones en el almacenamiento de productos químicos en la cocina, ya que pueden dar lugar a accidentes; y bajo ningún concepto se deben reenvasar productos químicos a envases alimentarios”.

Cocina y electrodomésticos

La máxima higiene en nuestra cocina es imprescindible, además de limpiar y desinfectar el frigorífico con frecuencia y no descuidar la limpieza del microondas.

Dependiendo del modelo de frigorífico, debemos mantener un criterio de de colocación de alimentos, hay que tener en cuenta que la refrigeración o la congelación no destruye microorganismos y prestar especial atención al almacenamiento de los productos frescos y huevos en el frigorífico para evitar contaminaciones de otros productos.

Fuera de casa

Los alimentos que se lleven fuera de casa se deben mantener a las temperaturas que requieran; asimismo a la hora de adquirir alimentos o bebidas debemos hacerlo en establecimientos con garantías.

Y si en el restaurante nos llevamos el resto de comida que no hemos consumido, es preciso transportarlo lo antes posible a un lugar refrigerado, que nos permita consumirlo posteriormente con seguridad.

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