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martes, 16 abril

Albores, setenta años después, por Ramón González Martínez

albores

Era allá por 1946, hace setenta años, cuando la Fundación Santa Rita, Hermanos González Lomas S.L., tal como reza en el  encabezamiento de la portada de cada uno de los números, sacaban a la calle la revista ALBORES, así se denomina en las dos primeras ediciones, y ALBORES DEL ESPÍRITU   a partir de las siguientes. En total  treinta y tres  revistas de promoción cultural y del mancheguismo, de difusión  gratuita gracias al mecenazgo de Bodegas Santa Rita.

ALBORES significa amanecer, comienzo, clarear y ” DEL ESPÍRITU” viene a determinar  la esencia, el alma.  Es pues el proyecto de la revista una manifestación generosa e idealista de hacer crecer lo más importante de la persona, su forma de ser y entender la vida. Se apuesta por poner color a los sombríos años cuarenta, dar luz a las sombras de la posguerra. Generar entusiasmo, ilusión, formación, personas abiertas a la alegría de la vida.  Y todo ello teniendo como vehículo la cultura en sus diversas manifestaciones.

Ese gran sentido altruista de la vida se complementa con el subtítulo que se añade al nombre  de la publicación: REVISTA DE EXALTACIÓN MANCHEGA.

Todos los importantes en el campo de las letras, el arte y la investigación, de nuestra querida Mancha, tienen página en la revista, espacio blanco para transmitir lo mucho y bueno de estas tierras abiertas al horizonte y teñidas en su paisaje del verde de la vid y del amarillo del  sol. Los pintores de la época, hoy grandes en el arte de los pinceles, son bien explicados y publicitados en sus páginas; Antonio López, Villaseñor, Andrade, Gregorio Prieto…

 Con su pluma privilegiada en el dominio de las palabras,  Pavón, Crespo,  Juan Alcaide, Eladio, Juan Torres, Pedro Echevarría,  Morales de Antequera… escriben  con fe en La Mancha, desde su esperanza en otra Mancha. Exaltan, hacen alabanza y elogio de nuestras tierras, de sus espíritus trabajadores, resignados por la fuerza de los acontecimientos pero rebeldes contra los aconteceres. Camilo José Cela es parte de una de las ediciones al ser huésped ilustre en Tomelloso para pronunciar una conferencia.

Con los medios de entonces, pero con profesionalidad inigualable, Antonio Merlo inserta en cada uno de los números un reportaje gráfico de los lugares más turísticos y de más cuidado patrimonio de La Mancha.

Todo ello  bajo la dirección de D. Francisco Adrados Fernández, y con un  consejo de redacción nutrido de personalidades tan representativas como D. Carlos Morales Antequera, Dª Eva Cervantes, P. Bernardo, D. Francisco Pérez, López Torres, García Pavón, D. Antonio Merlo y D. Juan Alcaide.

Es importante, imprescindible, resaltar la vinculación de la revista con la recién llegada Orden de los PP. Carmelitas a Tomelloso, pues tanto el Padre Pedro Benítez como el  Padre Bernardo Martínez, son colaboradores  destacados a través de sus artículos. Un año después de dejarse de publicar la revista, comienzan, en su segunda etapa, los juegos florales de Tomelloso, nuestra FIESTA DE LAS LETRAS,  en la cual los PP. Carmelitas y el elenco de excepcionales profesores del Colegio Santo Tomás de Aquino, tienen un papel importante.

En cuanto a artículos vinculados al desarrollo de Tomelloso quiero hacer expresa mención a las partes en que García Pavón organiza su escrito titulado “Momentos decisivos” ( Ideas sobre el Tomelloso de hoy) publicado en el número  23, septiembre de 1948.  D. Francisco García Pavón expone  que Tomelloso vive momentos decisivos, casi de crisis pubescente. Es una etapa de desbordamiento vital, que quizás  sea menoscabada por cierta indiferencia intelectual ante lo que acontece en nuestro pueblo cuya sangre  se impulsa a borbotones. Hace referencia  a cierta desorientación vocacional y mercantilismo en las carreras.  Alude a la necesidad, por parte de la  aún minoría técnica, de elaborar un plan de  desarrollo de nuestra agricultura y de impulso de las posibilidades industriales de  Tomelloso, sin olvidar  el desarrollo cultural, todo ello con el criterio de armonizar posibilidades e intereses.

” Los problemas de Tomelloso no se solucionan desde un corrillo en la plaza”, sentenciaba Pavón al final del referido escrito.

 Todo lo anterior expone de forma  superficial la idea y contenidos de la revista, pero mi objetivo en este escrito trasciende a ello, desde estas  letras quiero homenajear a los socios de Bodegas Santa Rita, entre ellos a  mis tíos abuelos; Lorenzo, Ramón y Vicente, los hermanos González Lomas. Su sentido de la vida propició la publicación de ALBORES  y, por el propio destino de la historia,   nadie puso en valor su colaboración con el desarrollo de Tomelloso y  no sólo a través de la revista.

En este mundo materialista, en el cual casi todo se analiza en términos  de poder  y de éxito o fracaso económico, se producen tremendas injusticias, a veces, estigmatizadoras y mutilantes de la labor de las personas y los colectivos.  Quien sólo recuerde a los fundadores de Bodegas Santa Rita por ese criterio tiene mirada de tuerto. Quiero resaltar,  algo excepcional, que un grupo de tomelloreros, además de una apuesta y un proyecto económico, tuvo la feliz idea de plantear también objetivos de desarrollo de la esencia de La Mancha.

Se invitaba y animaba a un nuevo amanecer en nuestra tierra, a creer en  el entusiasmo por clarear la penumbra de la incultura de la posguerra para resurgir  a  una forma de vida totalmente unida a la cultura y a la acción social.

En todo momento, son necesarios movimientos regeneracionistas, impulsores de los más altos valores del espíritu, que pongan en jaque la mediocridad, que animen a ser críticos con lo que se nos ofrece día a día desde algunos medios de difusión, que sea  estridente “chicharra” contra una sociedad durmiente.

Albores del Espíritu,  misión cumplida y a sus fundadores la gloria que la historia les otorga aunque sea setenta años después.

Ramón González Martínez de Cepeda.

Ex alcalde de Tomelloso.

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